En la mayoría de los casos sí. Sin embargo, es recomendable hacer radiografías de control a los 6 meses, y anualmente de 2-4 años para comprobarlo. Esto es especialmente importante en casos de infección crónica que ya había alcanzado el hueso, para comprobar su correcta cicatrización. La ausencia de dolor y fístula son indicadores positivos pero no suficientes.