Las bacterias que infectan el diente por dentro se encargan de destruir el nervio y los vasos sanguíneos que contiene. Es por eso que cuando el nervio degenera, el dolor desaparece por un tiempo, pero la infección avanza hacia el hueso causando abscesos de leves a graves (flemones) o fístulas para drenar el pus.

La endodoncia detiene el avance de la infección.